13 Mar ANIVERSARIO DULCE PARA ENTREQUATRE
Decían los «Entrequatre» que no es casa menor llevar cuarenta años con un cuarteto de guitarra. Y razón no le faltaba. No es fácil mantener un conjunto así, y mucho menos al nivel que demostraron el sábado en el auditorio. Los veteranos guitarristas ofrecieron un sólido recital en un CIMCO que se consagra como uno de los platos fuertes de la programación musical ovetense. A ellos, además, se sumó el «Ensemble 4.70» en un concierto articulado
por música de compositores de ambos lados del Atlántico. Un paseo por el siglo XX y XXI que fue la mejor manera de celebrar el cuarenta aniversario, nada menos que en casa.
Durante la primera parte del concierto «Entrequatre» se enfrentó solo al escenario. Con varias piezas arregladas por los propios compositores para el conjunto, mostraron su capacidad lírica y una complicidad musical sobresaliente con piezas que fueron desde el fado a los «Beatles». Especialmente celebrado fue el «Lágrimas Negras» de Miguel Matamoros, con el que algunas personas del público parecían querer arrancarse a cantar. De las ocho piezas, tres eran de Flores Chaviano, que además se encontraba entre el público y agradeció emocionado las palabras de afecto del conjunto.
Para la segunda parte se unió el cuarteto de cuerda «Ensemble 4.70» que supo empastarse a la perfección a las cuatro guitarras.
A través de la idea de la tierra, los cuartetos se tornaron octeto y tocaron tres piezas muy diferentes entre sí que fueron el perfecto broche de oro para una velada formidable. Destacó particularmente la violinista Marina Gurdzhiya, ayudante de concertino de la Oviedo Filarmonía, que mostró un dominio del instrumento pasmoso. Una velada redonda que llenó de vida la sala de cámara del auditorio.
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